¿Qué ver en la Costa Brava?
La Costa Brava es un impresionante tramo de litoral catalán, famoso por sus calas de aguas cristalinas y paisajes de ensueño. ¡Descubre algunas de las experiencias que no te puedes perder!
Playa de Llafranc
La playa de Llafranc es una de las más emblemáticas y hermosas de la Costa Brava, un enclave de arena dorada y aguas cristalinas rodeado de un salvaje paisaje natural. Con sus 330 metros de arena fina y aguas cristalinas, es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar del Mediterráneo. Se divide en dos zonas: una junto al puerto, donde descansan los barcos, y otra habilitada para el baño.
Resguardada por colinas cubiertas de pinos y conectada al paseo marítimo, la playa combina la belleza de su entorno con una atmósfera acogedora. Su orientación y aguas tranquilas la hacen ideal tanto para el baño como para actividades náuticas.
Islas Medas
Las Islas Medas, frente a la costa de l’Estartit, es uno de los tesoros naturales más valiosos del Mediterráneo. Este archipiélago, formado por siete islas e islotes, es una reserva marina protegida que alberga una increíble biodiversidad, convirtiéndolo en un paraíso para el buceo y el snorkel.
Sus aguas cristalinas esconden espectaculares fondos marinos, con praderas de posidonia, cuevas submarinas y una gran variedad de especies marinas. Explorar las Islas Medas, ya sea bajo el agua o en un paseo en barco, es una experiencia única para descubrir la riqueza natural de la Costa Brava.
Parque Natural del Montgrí
El Parque Natural del Montgrí es un espacio de gran valor paisajístico y ecológico, donde la imponente silueta del macizo del Montgrí domina el horizonte del Empordà. Sus montañas de roca caliza, cubiertas de pinares y matorrales mediterráneos, esconden numerosos senderos que llevan a rincones sorprendentes, como el castillo del Montgrí.
Además de su riqueza natural, el parque protege un tramo de costa abrupta con impresionantes acantilados, calas escondidas y cuevas marinas, accesibles a pie o en kayak. Un lugar perfecto para los amantes del senderismo y la geología.
Playa de Calella de Palafrugell
La playa de Calella de Palafrugell es el reflejo perfecto del encanto mediterráneo. Rodeada de casas blancas y antiguas barcas de pescadores, esta playa combina la autenticidad de un pueblo marinero con la belleza natural de la Costa Brava. Sus aguas cristalinas son únicas para disfrutar de un baño tranquilo en un entorno de ensueño.
Además de su paisaje único, la playa está resguardada por pequeñas calas y formaciones rocosas que la dotan de un carácter especial.
Cala de Aiguablava
La cala de Aiguablava, en Begur, es uno de los rincones más espectaculares de la Costa Brava. Rodeada de acantilados cubiertos de vegetación mediterránea, esta cala ofrece un ambiente tranquilo y acogedor. Su acceso fácil y sus aguas poco profundas la hacen ideal para familias y amantes del snorkel. Un lugar donde la belleza natural y la serenidad se fusionan a la perfección.
Playa de Tamariu
Antiguo pueblo de pescadores, Tamariu mantiene su encanto tradicional, con una playa acogedora ideal para el baño y actividades como el snorkel o el kayak. Su entorno invita a recorrer los caminos de ronda que serpentean la costa, descubriendo calas escondidas y vistas impresionantes. Un rincón perfecto para desconectar y disfrutar del Mediterráneo.
Sa Tuna
La cala de Sa Tuna, en Begur, es uno de los rincones más pintorescos y con más encanto de la Costa Brava. Está rodeada de acantilados y casas de pescadores que conservan su esencia tradicional.
Sa Tuna es un refugio perfecto para quienes buscan disfrutar del Mediterráneo en un entorno auténtico y lleno de belleza.
Sa Riera
Sa Riera es otra de las calas más populares de Begur. Mantiene también su esencia de antiguo pueblo de pescadores, con barcas varadas en la orilla y casas blancas que bordean la playa. Desde aquí los caminos de ronda llevan a calas más recónditas, ofreciendo espectaculares vistas de la costa. Un rincón perfecto para combinar tradición, naturaleza y mar.
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Illa Roja
La Illa Roja es una de las calas más singulares y emblemáticas de la Costa Brava. Su característico islote de roca rojiza, que da nombre a la playa, crea un paisaje espectacular.
Ubicada entre Begur y Pals, esta playa es un destino popular entre quienes buscan disfrutar de la naturaleza en un entorno poco masificado. Accesible a través del camino de ronda.
El Faro de Sant Sebastià
El Faro de Sant Sebastià, en lo alto de un acantilado entre Llafranc y Tamariu, es uno de los miradores más impresionantes de la Costa Brava. Tiene más de 150 años de historia y su luz sigue guiando a los navegantes-.
A su alrededor se encuentra un antiguo poblado ibérico y la ermita de Sant Sebastià, testigos del pasado de la zona. Un lugar perfecto para disfrutar de atardeceres inolvidables y sentir la esencia marinera de este rincón privilegiado.
Jardines Botánicos de Cap Roig
Los Jardines Botánicos de Cap Roig son un paraíso natural donde arte y paisajismo se fusionan con el mar. Situados en un acantilado con vistas espectaculares al Mediterráneo, albergan más de 800 especies de todo el mundo, creando un entorno de gran belleza y biodiversidad.
Recorre sus senderos entre esculturas, flores exóticas y vegetación autóctona. Además de su riqueza botánica, Cap Roig es famoso por su castillo y su festival de música, convirtiéndolo en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y la cultura en la Costa Brava.
El triángulo daliniano
El Triángulo Daliniano es un recorrido imprescindible para descubrir el universo creativo de Salvador Dalí en su tierra natal. Formado por Figueres, Portlligat y Púbol, tres lugares clave en su vida y obra, ofrece una inmersión en el imaginario del genio surrealista.
En Figueres, el Teatro-Museo Dalí exhibe su legado artístico en un espacio diseñado por él mismo. Su casa-taller en Portlligat revela su lado más íntimo, mientras que el Castillo de Púbol, regalo a su musa Gala, muestra una faceta más personal y melancólica. Un viaje fascinante por el arte y la mente de Dalí.
Peratallada, Monells y Pals
Peratallada, Monells y Pals son tres de los pueblos medievales más encantadores del interior de la Costa Brava, donde el tiempo parece haberse detenido entre calles empedradas y antiguas murallas.
Peratallada destaca por su impresionante fortificación y su entramado de callejuelas con casas de piedra. Monells cautiva con su icónica plaza mayor que conserva el encanto de un antiguo pueblo feudal. Pals, elevado sobre una colina, ofrece vistas espectaculares y un casco histórico perfectamente conservado. Tres joyas medievales que invitan a perderse en su historia y su esencia rural.
Yacimientos de Empúries y Ullastret
Los yacimientos de Empúries y Ullastret son dos de los enclaves arqueológicos más fascinantes de Cataluña, donde se puede viajar en el tiempo y descubrir las antiguas civilizaciones que habitaron la región.
Empúries, junto al mar, es el único yacimiento de la península donde coexistieron griegos y romanos, dejando un legado de templos, mosaicos y calles empedradas. Por su parte, Ullastret permite adentrarse en la cultura ibérica a través de los restos de una gran ciudad fortificada.
Parque Natural del Cap de Creus
El Parque Natural del Cap de Creus es un paraíso de paisajes salvajes donde el mar y la montaña se encuentran en su forma más abrupta. Sus acantilados esculpidos por el viento y el oleaje, junto con sus calas de aguas cristalinas, crean un entorno de gran belleza y carácter único.
Este rincón inspiró a Salvador Dalí, quien plasmó en su obra las formas caprichosas de sus rocas. Recorre sus senderos para descubrir vistas impresionantes, faros solitarios y una naturaleza indómita.
Parque Natural dels Aiguamolls de l'Empordà
El Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà es uno de los espacios naturales más importantes de Cataluña, un refugio de biodiversidad.. Sus marismas, lagunas y prados acogen una gran variedad de aves migratorias, convirtiéndolo en un paraíso para los amantes de la naturaleza y la ornitología.
Recorrer sus senderos y miradores permite disfrutar de la serenidad del entorno y observar flamencos, cigüeñas y muchas otras especies en su hábitat. Un rincón imprescindible de la Costa Brava para conectar con la belleza del paisaje y la riqueza natural del Empordà.